
Nuevos equipos apple 2019
- 02/05/2019
Sabemos desde hace muchos años que la inyección de toxina botulínica produce un rejuvenecimiento de la piel en la zona inyectada, no sólo por el efecto de relajación, sino además por su efecto sobre la propia piel y su fisiología. Ahora además sabemos, que la toxina botulínica tiene un efecto sobre el proceso intrínseco de envejecimiento de la piel, retrasándolo, por actuar reduciendo la salida de metabolitos oxidantes al medio intercelular.
El efecto que nosotros como terapeutas buscamos es la relajación de la piel, desencadenar un efecto de rejuvenecimiento producido como consecuencia de la mejora del estado y aumento de la luminosidad de la piel, aunque hay otros efectos que se producen que podríamos considerarlos como un regalo y son la regulación de la seborrea y la sudoración de la piel.
Una buena exploración debe ser dinámica, viendo y remarcando los músculos causantes de las tensiones en la piel, detectando sus puntos específicos de inserción, para intentar actuar sobre estos. Tendremos que visualizar la dinámica facial y transformarla en vectores de fuerza a modificar. La correcta colocación de las unidades de toxina botulínica, tanto en el número como la profundidad o como la forma en la que la inyectemos, son los parámetros necesarios a valorar y de su correcta ubicación dependerá el resultado que obtendremos.
Es muy importante por eso acudir a un Médico Estético formado para evitar errores y resultados desagradables.
Fuente: semestetica - Sociedad Española de Medicina Estética en Instagram